La pobreza tiene rostro de mujer

No a la Violencia

Esta es la la conclusión a la que ha llegado un informe realizado por la vigésimo octava Edición de la Cátedra Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia de Comillas cuyo título real es “La pandemia confirma que la pobreza tiene rostro de mujer” y que la negra estela de la Covid-19 afecta más a los hogares monoparentales con una mujer al frente. Esta es una conclusión que con sólo mirar a su alrededor la podrán constatar, así como que internet está afectando a las relaciones de los más jóvenes y las carencias en la atención que sufren nuestros mayores.

UN REPORTAJE DE BELÉN RICHARTE

El documento revela que las desigualdades sociales han aumentado como consecuencia de la pandemia y que la pobreza es cada vez más intensa, lo que viene a confirmar que se feminiza y es más patente entre los jóvenes. “La pobreza afecta más a los niños y a los hogares mono parentales con mujeres al frente, que son las más vulnerables al impacto de la pobreza”, señala.

En este sentido, en el capítulo ‘La economía española ante la Covid-19: efectos, retos y soluciones’, destaca que “siguen manteniéndose los desequilibrios de género, y el incremento del desempleo a lo largo del año que mayoritariamente cae del lado femenino”.

Además, recuerda que el porcentaje de la población en riesgo de pobreza o exclusión social en España ha aumentado alrededor de un 1% desde 2019, concretamente está en el 26,4% la cuarta peor cifra en el conjunto de Europa.

“La pobreza se intensifica, y las personas y hogares más pobres ven agravada su situación, mientras que otros que estaban en los umbrales de la pobreza de la pandemia pasan a empeorar. “Ésta es la situación”, ha explicado el director de la Cátedra Martín Patiño y responsable del informe.

Cola del hambre
Fotografía de Time Out

Además el estudio revela que el 60% de la población considera que la pandemia está haciendo cambiar la forma de vivir, la forma de pensar, de cuidar la salud y de relacionarse socialmente.

En cuanto al empleo, al informe detalla que existen “importantes niveles de desempleo en determinados colectivos, como jóvenes, mujeres, personas con discapacidad y mayores de 45 años” y pone como relieve la situación de las mujeres mayores y de los hogares unipersonales, que se incrementan entre la población mayor. Precisamente, el informe revela que más del 42% de las mujeres mayores de 85 años viven solas frente al 21% de los hombres,

Internet afecta a las relaciones de los jóvenes

Al otro lado del espectro, los jóvenes han aumentado el uso de tecnología, lo que ha influido en sus relaciones sociales. Así, un 80% de los jóvenes entienden que las relaciones por Internet generan más confianza que las relaciones cara a cara, aunque “más del 60% está de acuerdo con que el uso de estas tecnologías favorecen que las personas se aíslen de los demás.”

Menos móvil, ¿mayor felicidad?
Fotografía de el Diario de Sevilla

 El Informe España 2021 confirma que los jóvenes y las personas desempleadas son los dos grupos especialmente perjudicados durante la pandemia y los que más registran niveles más bajos de bienestar, se sienten, en general, excluidos de la sociedad y presentan mayor riesgo de sufrir depresión.

El estudio también destaca que los cierres de los centros educativos por la Covid-19, en términos generales, ha sido negativos para los jóvenes, pero de menor intensidad de lo que se podría haber esperado. Respecto a los docentes, subraya que la pandemia ha provocado un impacto en su bienestar emocional, aunque más del 50% de los españoles ha mejorado su opinión respecto al personal docente, siendo éste uno de los colectivos que más ha mejorado.

Atendiendo al sistema sanitario, el informe precisa que ha respondido “razonablemente bien” a la pandemia, gracias sobre todo a la fortaleza el carácter vocacional y capacitación técnica de todos los profesionales de la Salud.

Si bien, al mismo tiempo indica que la crisis sanitaria ha puesto de relieve la necesidad de refundar la atención primaria, prestar mayor atención a nuevas profesiones y al papel de la enfermería, desarrollar la especialidad de medicina preventiva y salud pública y, sobre todo, impulsar la formación continua, poner fin a la temporalidad de los profesionales sanitarios y a la precariedad laboral.

Carencias en la atención a los mayores

Por otro lado, el documento constata que la pandemia ha visibilizado “importantes carencias” en el sistema actual de cuidado a los mayores y muy especialmente en las residencias a las que están vinculadas más del 40% de las muertes por Covid-19.

Fotografía de Mario Ortiz

También detalla que la pandemia ha agravado aún más el problema que supone la precariedad laboral de las profesionales del cuidado, mujeres emigrantes en su mayoría, con poco apoyo social y familiar, inestabilidad en el empleo, salarios muy bajos y formación escasa.

El informe incide asimismo en la necesidad de avanzar en la paulatina reconversión de las residencias tradicionales en unidades de convivencia, habitadas por grupos pequeños de personas, con profesionales estables y donde se genere un clima familiar.

Finalmente, el estudio concluye que el sistema autonómico se ha reforzado con la pandemia y que ésta ha supuesto una llamada de atención sobre la ausencia de organismos administrativos mixtos, que presten servicio tanto al Estado como las comunidades autónomas. Además, el informe señala que la gestión de la crisis no ha conseguido crear un sistema de cogobernanza real, en el sentido de adopción conjunta de medidas.

Víctimas de la Violencia de Género

Desde el 1 de enero de 2003 más de 1.120 mujeres han sido asesinadas a manos de un hombre. En este 2021, son 37 las mujeres muertas por violencia de género en nuestro país y 24 los/-as menores que han quedado huérfanos.

no violencia

De las asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas muchas jamás denunciaron: ni una acusación, abuso o cualquier otra denigración (ya sea por miedo, amenaza o por estar sometida a su mal tratador por multitud de motivos) y de las que sí habían interpuesto una denuncia, tan sólo unas pocas tenían la correspondiente protección, según datos del Observatorio  Contra la Violencia de Género.

Por ello, el pasado miércoles 25-N, Día Internacional contra el Maltrato. una delegación de la “Asociación Mujeres con Voz-Marina Baixa”, con su presidenta Margarita Luján a la cabeza, se entrevistó con la Ministra de Igualdad, Irene Montero, con la que mantuvieron una distendida charla y a la que exigieron medidas tales como: el derecho de la víctima a interponer una demanda por violencia de género, con todas las garantías y que éstas sean reales; que todos los operadores se coordinan para trabajar juntos, por y para la víctima, y que tengan a las asociaciones de resilientes como un operador más; que las víctimas no declaren ante ninguna Fuerza del Estado, no policía alguna, sin asesoramiento y sin asistencia letrada; que se controle a los mal tratadores, que son los realmente los delincuentes; que se escuche a nuestros hijos e hijas, tengan la edad que tengan, para poder tener una información a tener en cuenta de la convivencia con su entorno; que se certifique por escrito, son víctimas de la violencia de género; que se nos permita ejercer nuestro derecho a poder realizar los acompañamientos a las víctimas, como asociación de resilientes; que se nos reconozca como “víctimas de terrorismo machista”; es urgente que se cumplan todas las Normas Internacionales de los Derechos Humanos y el Convenio de Estambul; que se reconozca la “Violencia Vicaria”, como Violencia de Género, pues pues se puede convertir en un arma letal para nuestras hijas e hijos y para nosotras; que en los juicios por violencia de género se les pregunte a las víctimas si los abogados asignados por la Abogacía del Estado les ha cobrado o similar; que los Letrados de Oficio que cobren a las víctimas sean cesados inmediatamente de su cargo y sobre los/-as infractores caiga todo el peso de la Ley; que los trámites administrativos sean rápidos y efectivos, que no nos dejen en la calle en zapatillas con nuestros hijos e hijas; que se reconozca la “Violencia Institucional” como una Violencia de Género, lo necesitamos YA; tener un “Turno de Oficio exclusivo para las Víctimas de Violencia de Género”, el maltratador no debe tener ese privilegio, es un vulgar delincuente; que todos los profesionales y operadores que trabajan con las víctimas traten con el debido respeto y empatía a las mismas, es lo mínimo que nos merecemos, y no como a delincuentes.