Seleccionado para antología en el VIII concurso de microrrelatos nocturnos “Inspiraciones nocturnas”

El nombre
La luna la quiere ver y ella se envuelve en lo oscuro para en largas horas, gestar el embrión del día, el que el sol ha inseminado. Pero la luna insiste en verla y alumbrarla, la quiere conocer, por eso sin tino la llama: ¡Jazmín! ¡Madreselva! ¡Galán de noche! ¡Magnolia!…, a lo que ella no responde. Y entonces, desde el silencio, va elevando su voz hasta hacer audible: “Las esencias me perfuman pero ellas no son yo. Mi nombre es noche”
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