Microrrelato ganador del VI concurso internacional “Otoño e invierno” 

Sorprendí a la chimenea alumbrando mi penumbra. La leña ardía ocasionando chasquidos y los sarmientos podados de la vid en otoño avivaban el fuego invernal, para luego, convertidos en cenizas, ser devueltos como nutrientes a las plantas de la uva. Entonces, la sorpresa reverberó en mi interior en la forma de cierta música de Vivaldi, mientras una copa de vino me llamaba a gritos para celebrar la salida de la caverna de Platón.