
Eliseo Yus Prats fue concejal en tiempos de Agustín Navarro y presidente de AICO en Benidorm
P: Eliseo, ¿me puedes hablar de tus orígenes y de tu familia?
R: Somos de un pueblo de Lérida llamado Maials; mis abuelos paternos procedían de Teruel (mi abuelo era transportista, con los carros, de vino, aceite, piedra, según la demanda) y buscaron un futuro mejor en Cataluña. Cuando yo tenía unos 12 años, mis padres se establecieron en un pueblecito de Tarragona, “Miami playa”, zona turística cerca de Cambrils, donde pusieron un restaurante (mi padre) y un supermercado (mi tío). La primera vez que vine a Benidorm, hace 50 años, ya quedé enamorado de esta ciudad: la Avenida de Europa y la playa de Levante me deslumbraron.
P: ¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional?
R: Al principio, ligada a la familia: de la hostelería al comercio. Mis padres compraron un local en Benidorm y pusieron un comercio doble: perfumería y peluquería; tanto mi hermana como yo hicimos en Alicante estudios de peluquería; cuando obtuve el diploma correspondiente, me trasladé a Barcelona para dedicarme a ese oficio con el fin de atender a señoras, caballeros y niños; empecé a trabajar en los famosos salones de Ribes Llonguera, pero pronto lo dejé por problemas de espalda (esa familia todavía sigue con su academia y salones de estilismo). Entonces me dediqué totalmente al comercio, como representante en la Comunidad Valenciana y jefe de ventas en España de diferentes artículos: textil, regalos, etc. Cuando me jubilé, hace unos siete años, alquilamos el negocio.
P: ¿Y tus años como político?

R: Agustín Navarro me reclamó para su candidatura en 2007; le dije que me lo pensaría, y, después de consultarlo con la familia, acepté pensando que, como concejal, podría favorecer el comercio local; estuve con él dos años en la oposición (como independiente) y otros dos, después de la moción de censura, como Concejal de Comercio. No me afilié oficialmente al PSOE hasta que vi lo que hicieron con Pedro Sanchez, en 2017. Estuve también en la ejecutiva con Rubén Martínez y con Cristina Escoda. Cuando dejé la política, al cabo de cuatro años, volví a viajar como comercial, aunque seguí como asesor del partido en lo relativo a comercio. A mí lo que me gustaba de veras era el Asociacionismo comercial, al principio medio clandestino; a la muerte de Franco, el presidente Suárez lo legalizó.

Estuve en la directiva de AICO unos cuantos años y hasta 2005 fui el presidente, después de Manuel Bódalo, que también tenía una tienda de textil junto a la mía. Trabajé a gusto, disponía de un buen equipo, como Juanjo, gran trabajador, y tengo a gala decir que entre los integrantes de la directiva había muchas mujeres; en la actualidad, la presidencia de AICO la llevo Raúl Parra. He sido miembro ejecutivo de comercio, tanto provincial como autonómico. Por aquel tiempo empecé a estudiar Derecho en la UNED.
P: ¿Has recibido algún tipo de homenaje, placa, etc. por tu labor en pro del comercio o en política?

R: Varios. En 1997 recibí la insignia de plata de la Federación Alicantina de Comercio. En 1999, la Cámara de Comercio me otorgó un premio, consistente en una figurita de bronce y un diploma. En 2004, recibí la insignia de plata en Alicante como Representante de Comercio al cumplir 25 años de servicio. Y en 2005, el entonces alcalde Vicente Pérez Devesa me hizo entrega de la medalla de oro por mi labor al frente de AICO.
P: ¿Cómo has visto la integración de los emigrantes en Benidorm?

R: En mi caso, puedo decir que soy un enamorado de Benidorm, que todo el mundo me ha aceptado bien, que yo he trabajado a gusto y tengo muchos amigos. En resumen, estoy agradecido al pueblo de Benidorm.
P: ¿Eres o has sido festero?
R: No. Mis hijos, sí: festeros en general y falleros en particular. Yo he practicado otras aficiones, como la caza en La Mancha y en Lérida, el tiro al plato y mi pasión por la navegación (soy socio del Club Náutico). Antes tenía una lancha; actualmente, salgo siempre que puedo con algún amigo. Y siempre he tenido una asignatura pendiente: aprender a tocar la guitarra.
P: ¿Tus hijos han seguido más o menos tus pasos en lo profesional o en la política?
R: Ni en la política ni el comercio. Mi hijo es pastelero en un hotel de El Albir; y mi hija es periodista (trabaja en Onda cero, en El confidencial y en la Agencia Efe).
P: ¿Qué le falta a Benidorm?
R: Mejorar la escena urbana, hacer atractiva la ciudad, con monumentos, estatuas, fuentes… Favorecer más el comercio local frente a las grandes superficies (se podría haber llevado a la práctica antes; ahora es demasiado tarde) y las tiendas de chinos, paquistaníes e hindúes. Invertir en infraestructuras, deportivas, culturales, turísticas, familiares, como ha hecho La Nucía, para atraer a la gente joven… Uno de los mayores problemas que veo es la limitación de velocidad en ciertos tramos y la falta de aparcamiento para el que no sea residente; me imagino que, de alguna forma, es algo que se podría solucionar, pues es un problema para los que trabajan en Benidorm y no son residentes, e incluso para el turismo. Una cosa más quería añadir: el estudio que hicimos para la conexión del AVE Alicante-Benidorm (que no prosperó) con la participación de Antonio Manuel Puchades, que corrió con los gastos, del sociólogo Mario Gabiria, defensor de una ciudad ecológica, del ingeniero Armando Ortuño y del periodista José María Perea. Por último, y quizá esta sea una idea peregrina, no estaría mal instalar un teleférico, como hay en otras ciudades; significaría un atractivo turístico más para Benidorm.
P: Pues gracias por tus declaraciones, Eliseo, mediante las cuales nuestros lectores se harán una idea más exacta de lo que ha significado tu labor en Benidorm. Y que sigas como hasta ahora, pues te veo en plena forma.
R: Gracias a ti, Palazón.
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