Las Monjas de Benidorm celebran su centenario

Este año se cumple el primer centenario de la presencia de la Congregación religiosa Hermanas de la Doctrina Cristiana (HHDC) de Benidorm, fundada por la Madre Micaela Grau, precursora del Colegio Nuestra Señora de los Dolores, que inició su actividad docente en 1966. El centro se ha ido adaptando tanto a las necesidades que la educación y la sociedad ha exigido. En la actualidad el colegio cuenta con 720 alumnos/-as y, según Sor Leonor (una de las hermanas que comenzó su andadura en nuestra localidad en 1960), “ha dado respuesta a la demanda de los padres, de la Iglesia, de la Conselleria de Educación y buscado el bien del alumnado”. Esta semana les propongo un viaje al pasado, presente y futuro de una de las instituciones educativas con más solera de Benidorm: “Las Monjas”.

UN REPORTAJE DE BELÉN RICHARTE

Sor Leonor, una de las monjas más veteranas de la Congregación en Benidorm tenía 19 años, cuando se matriculó en el colegio de la Sagrada Familia (HHDC) de Valencia, “donde pude conocer a las Hermanas, cuál era su espíritu, su forma de educar, los valores que tenían etcétera. Eran sencillas, preocupadas por las niñas, por su formación cristiana, y en ese ambiente descubrí mi vocación: dar ternura a los niños y niñas pobres amor”. Lleva 24 años ininterrumpidamente en nuestra localidad, donde llegó por primera vez en el año 1960 y estuvo hasta 1973, “después regresé en 2010 al 2018 a la Residencia y desde el 2018 al 2023 formo parte de la comunidad del colegio”, explica.

Todo empezó el 18 de marzo de 1921 cuando llegaron a Benidorm las hermanas María Montserrat Llimona, Mª Dolores Suris, Sor Eucaristía Sabater y Sor Pilar Ballestero, quienes establecieron aquí su nueva comunidad, como respuesta a la llamada del párroco de San Jaime, D. José Ferrandis, que quería crear un centro donde educar cristianamente.
Según Igna Mª Pérez Llorca alumna y profesora del centro ya jubilada, “al principio las hermanas desarrollaron su tarea en la casa, de la calle Pal, del matrimonio Cortés- Roig, que se la habían cedido con este fin”, -y explica-, “desde su origen el Colegio Nuestra Señora de los Dolores ha sido el centro educativo al que han asistido los niños, niñas y jóvenes de Benidorm, éstos son los auténticos cimientos del colegio actual”.
Como colegio católico, el centro está integrado en la misión
evangelizadora de la Iglesia y sigue sus orientaciones y criterios
pastorales “establecidos por la Madre Micaela, fundadora de la Congregación y las hermanas velan porque se cumpla esta misión a través de catequesis, educación cristiana, misiones, apostolado parroquial y social”, puntualiza la profesora.


Las hermanas han seguido desarrollando la misión de su fundadora en el campo del apostolado a lo largo del tiempo. Según la hermana Guadalupe, superiora general de la orden: “Ella sabía que los hombres del mañana se forman en la escuela de hoy, que la semilla que hoy se siembra fructifica formando los hogares cristianos del mañana”.
Para la madre Micaela las exigencias evangélicas eran la norma de su vida. “Proclamarlo a todas las gentes, su misión. Siguiendo su ejemplo surgieron en Benidorm varias vocaciones en la Congregación, como Pepita Zaragoza (Sor Adoración), Antonia Orts Baldó (Beata Madre Sufragio) y Paquita Vives (Sor Consolación)”, subraya Pérez Llorca.

Tres años para la construcción del colegio

Durante los tres años que duró la construcción de uno de los edificios del colegio actual, la familia Puchades Orts dejó cuatro chalets en primera línea de Levante para que vivieran las hermanas y que se pudieran impartir las clases. Si no hubiera sido por ese carácter altruista de la gente de Benidorm, ¿el colegio se podría haber construido o no? Según Igna Mª “creo que hubiera sido inviable, sin esta ayuda desinteresada, no sé dónde nos hubieran reubicado o dónde hubieran vivido las hermanas, puesto que la obra no fue algo circunstancial, duró tres años, seguro que muchas lectoras recordarán “La Lloreta”, uno de los chalets que acondicionaron para que asistiéramos a clase”, -quien puntualiza-, “por parte de las hermanas hacer esta obra fue un acto de valentía y una visión de futuro, de tener una casa adaptada como colegio, que como yo muchas recordaréis, pasamos a tener un colegio”.

El colegio, que se construyó en 1962, “era realmente enorme teniendo en cuenta el alumnado de ese momento, a partir de los nueve años cuando empezábamos ingreso y luego bachiller (nos preparaban en el mismo y nos examinábamos por libre) era un colegio sólo de chicas” -indica la veterana profesora- “no sé qué capacidad tendría pero sí que te puedo decir que en el curso anterior al mío eran dos alumnas, en el mío cuatro y en el siguiente trece; los cursos de las más pequeñas eran más numerosos”.

“Desde 1921 nuestro el colegio se ha ido modernizando y adaptado a los cambios y necesidades que el pueblo de Benidorm demandaba, gracias a la buena gestión de las hermanas”, -explica Igna Mª, quien añade-, “el colegio se hizo en tres etapas: el primer edificio se construyó en 1962, al aumentar la necesidad de plazas escolares se alzó el edificio de Secundaria, en 1974 y, posteriormente en “La Finca”, se construyó lo que ahora es Infantil”.

Para Igna Mª como alumna, “mi relación con mis mis amigas, así como la que tenía con las hermanas y profesores era magnífica, era diferente a cómo es en la actualidad; recuerdo que una profesora tuvo una niña y estuvimos yendo a su casa a que nos diera clase en vez de venir ella al colegio. Hoy en día esto es impensable”.

Como maestra “también tengo una valoración positiva aunque, a veces, había que resolver temas complicados, es una etapa que también recuerdo con cariño, ya que ambiente laboral era muy bueno” -y precisa- “mi paso por el colegio, tanto como alumna como maestra, lo recuerdo como etapas maravillosas en mi vida”.

La pervivencia en valores de la Madre Micaela

En el centenario de Las Monjas los objetivos de la
dirección del colegio son: “la pervivencia en los centros escolares de los valores de las HHDC quienes además han tomado una sabia decisión al crear la Fundación Madre Micaela para la gestión de todos los colegios de la orden”, -y continúa diciendo la maestra jubilada-, “de esta forma se mantienen las plazas escolares, los puestos de trabajo y se sigue ofreciendo una educación en valores cristianos, según el Carisma de la Madre Micaela. La Fundación Madre Micaela es la mejor manera de dar continuidad a su labor educativa”.


Igna Mª Pérez Llorca quiere “agradecer a todas las familias de Benidorm el que hayan confiado, a lo largo de estos 100 años, su bien más preciado, sus hijos, al Colegio Nuestra Señora de los Dolores”, -y concluye diciendo-, “todas las que hemos sido alumnas de “Las Monjas” (como se les llama de forma cariñosa) tenemos una gran querencia por el colegio y por las hermanas, nombrar a todas las que han pasado por el centro durante todos estos años es prácticamente imposible. Sólo me gustaría resaltar a la hermana Rosa Soriano que nos ha dejado recientemente, que fue mi profesora y compañera. Una persona excepcional”.

“La Finca” y la hermana Pilar, todo un símbolo

Las aulas de infantil se construyeron en “La Finca” en 1976, es decir que este año cumplen 47 años de existencia. Y si hay una monja que recuerdan los niños y niñas que han pasado por estas aulas esa la hermana Pilar, fallecida hace unos años, a la que incluso le sacaron inocentes coplas, como: “A la hermana Pilar/se lo voy a contar”. Siempre atenta, con la sonrisa en la boca y el silbato colgando en el pecho junto a la cruz. Sor Leonor, una de las hermanas que mejor la conocía la describe así: “La hermana Pilar era una persona alegre, inteligente, tenía buen carácter, quería mucho a los niños y niñas. Ella sabia exigirles, les pedía buen comportamiento, que estudiasen y aprendiesen, lo hacia con gracia”. Sí señora, lo hacía con tanta gracia, a la vez que con sobriedad que requería el momento de que se tratase, una hermana que ha dejado impronta en los cientos de alumnos y alumnas que han pasado por “La Finca”, quienes no la han olvidado pese a ser ya hombres y mujeres que rondan, como la primera promoción, los 50 años”.

Para Sor Leonor, “como Madre Micaela ella era sencilla, vivía los valores que nos legó nuestra Madre Fundadora: sencillez, alegría, disponibilidad, los vivió como Hermana de la Doctrina Cristiana que era”.

Muchas felicidades por estos cien años de existencia en Benidorm.