Entrevista a Vicenta Sánchez Aracil

Vicenta ha sido Presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Benidorm durante muchos años.

Mis primeras preguntas son: ¿De dónde eres Vicenta? ¿Cómo viviste tu infancia y cuál ha sido tu formación académica?

Vicenta: Nací en Benidorm hace 94 años. Mi padre era militar; lo fusilaron en la guerra; mi madre también murió pronto. Estuve interna durante un tiempo en un colegio de Valdemoro (Madrid). Solamente cursé los estudios básicos. Me casé a muy temprana edad, también con un militar, de quien me separé a los pocos años. Posteriormente tuve una relación muy bonita con un buen amigo, pienso que el amor de mi vida. Últimamente, vivo sola, con mis recuerdos.

Periodista: ¿A qué te has dedicado durante tu vida?

Vicenta: Yo tenía un cierto patrimonio familiar y durante un tiempo compraba y vendía propiedades. No he trabajado en otra cosa. Mi mayor ocupación, por la que sentía verdadera vocación, ha sido el cuidado y el amor por los animales.

Periodista: Cuéntanos tu experiencia en la Sociedad Protectora de animales.

Vicenta: Como te decía, he tenido siempre mucho amor por los animales: perros, gatos, pájaros, grillos… Aún conservo las cenizas de algunos de mis perros; sé que es casi un imposible, pero me gustaría que alguien las pusiera en el panteón donde algún día llevarán mis restos mortales. Bueno, hablemos de la Protectora. He estado como Presidenta de la Sociedad más de 40 años; cuando llegué no había más que una cerca vallada en cuyo interior la gente echaba animales muertos y vivos. Tuve que luchar mucho para conseguir unas instalaciones más decentes, la construcción de un horno crematorio (creo que fue en tiempos del alcalde Pérez Devesa) e incluso la visita periódica de un veterinario y una subvención municipal. Hoy día, la Protectora funciona muy bien, gracias sobre todo a los voluntarios que tienen tanto amor a los animales como yo.

Periodista: Mi imagino que conoces a mucha gente y que mucha gente te conoce a ti. ¿Cómo ves la integración y convivencia entre los inmigrantes afincados en Benidorm en los últimos cincuenta años y los naturales de esta ciudad?

Vicenta: Claro que me conoce mucha gente. He vivido casi toda mi existencia en esta ciudad, a la que aprecio y quiero. Creo que la integración ha sido total; sin ir más lejos, desde hace varios años, me cuida una chica colombiana que está encantada conmigo y yo con ella; se llama María.

Periodista: ¿Qué crees que le falta a Benidorm para que sea una ciudad ideal, en cuanto a cultura, turismo ocio, etc.?

Vicenta: No sabría qué decirte; creo que lo tiene todo; yo estoy encantada con el ambiente, el clima, el sol y la playa: no me hace falta nada más.

Periodista: En la actualidad, ¿cuáles son tus aficiones? ¿Qué tal andas de salud?

Vicenta: Actualmente vivo en un bonito apartamento, con vistas a la playa de Poniente. Me distraigo mirando el mar, viendo la televisión y charlando con mi cuidadora. Apenas salgo, ya que las piernas no me responden; por lo demás, estoy bien de salud. Recibo visitas, me llaman por teléfono…

Periodista: ¿Cuáles son las anécdotas o experiencias más destacadas de tu vida?

Vicenta: Hay tantas… Te voy a contar una. Yo siempre he sido muy rebelde, algo indisciplinada. Cuando estaba en el internado de Valdemoro, harta de tanto rezo y tanto horario ajustado, con miedo a que te raparan la cabeza al menor contratiempo, una compañera y yo decidimos fugarnos; saltamos la valla del colegio y cogimos el primer tren que pasaba por allí, pensando que nos dejaría en nuestra casa; no tendríamos arriba de doce años. ¡Qué odisea, escondiéndonos debajo de los asientos, huyendo del revisor! Ese tren nos dejó en la estación de Atocha, donde ya nos esperaba la guardia civil. Nos condujeron a las monjas oblatas, y de allí, otra vez al colegio. Finalmente, unos familiares me llevaron a Santander; de allí pasé a Benidorm, donde me casé.

Periodista: Ha sido muy interesante conversar contigo, Vicenta, sobre todo para que nuestros lectores conozcan tu pasión por los animales. Gracias y a seguir cumpliendo años.

Vicenta: Gracias a ti, Palazón.