
Se llama Francisco Llinares García, es natural de Benidorm. Y tiene muchas cosas que contarnos.
Periodista: En primer lugar, Paco, ¿por qué te llaman “Barrina”? Yo vivo en la Finca Barrina. ¿Tiene algo que ver?
Paco: Eso era en tiempos de un primo hermano de mi abuelo; los terrenos eran de la familia, y en cierta ocasión quisieron hacer un pozo y tropezaron con la roca; tuvieron que emplear una barrena (barrina); y de ahí viene el apodo, que hemos ido heredando de padres a hijos, “Barrina”. Mi padre era Quico “Barrina” y mi tia Paquita, también “Barrina”. Tenemos otro apodo, por parte de mi madre: “Bellea”; se debe a que el padre de mi abuelo, natural de Sella, tenía la afición de hacer de “pensador” en el canto de albaes (el que improvisa y dicta el texto al oído del que canta) y los chicos jóvenes – él era mayor- lo buscaban cuando decidían ir a rondar a las chicas.
Periodista: Pensaba que tu segundo apellido era Martí (porque yo también soy Martí).
Paco: El apellido Martí era de mi mujer, Fina Martí Romero.
Periodista: ¿Cómo viviste tu infancia y tu juventud en los años en que Benidorm empezaba a desarrollarse?

Paco: Como todos los niños: jugando. La escuela primaria la realicé en varias dependencias municipales (calle Naranjos, Martínez Oriola y la Alameda) antes de construirse el Leonor Canalejas, el primer colegio de Benidorm. A los 11 años empecé ayudando, a ratos, en la tienda de ultramarinos de mi tía, Teresa García “Bellea”, que se encontraba en el bajo de su casa en la Plaça de la Constitució y esquina con la Costera del Barco y que llevaba junto a su marido, el ti Jaume, Jaume de la Cruz. El desarrollo de Benidorm lo vivimos como algo natural, casi sin darnos cuenta.
Periodista: Dime, Paco, ¿cuál ha sido tu trayectoria laboral? ¿En qué has trabajado?

Paco: En el año 59, a los 14 años, empecé a trabajar en la hostelería, cervecería Aitana, que la llevaba Vicente Llorca “El Vitorino”, que se encontraba en la planta baja de la casa sus suegros, situada casi al principio de la actual calle Ruzafa y que anteriormente había albergado una de las últimas almazaras, si no la última, que hubo en activo en Benidorm; te estoy hablando del año 1958, y que la llevaba Sebastián Antón “El Picorro” y en la que también trabajaba mi padre, Quico Llinares “Barrina”. Después en el Hotel Brisa, hasta que me fui a la mili (un año en Cartagena y otro en Alicante); a la vuelta del servicio militar me casé y monté la tienda de juguetes de la calle Ruzafa, que he mantenido durante 25 años; cuando me cansé, cerré la tienda y tuve otros trabajos, como el de conserje de apartamentos. Me jubilé a los 64 años.
Periodista: ¿Tus hijos no se han dedicado al comercio ni a la hostelería?
Paco: No. Mi hijo Francisco es arquitecto, y, junto con otro hijo, Alberto, llevan un despacho de arquitectura en Benidorm. Mi hijo Carlos y su mujer Lourdes llevan una pastelería-panadería artesanal con el nombre de “La Antiga Rebosteria” en Altea.
Periodista: ¿Piensas que los que hemos venido de otras regiones de España nos hemos integrado convenientemente en Benidorm?
Paco: Puede que unos sí y puede que otros no.
Periodista: Me imagino que eres muy conocido en Benidorm. ¿También institucionalmente? ¿Has recibido alguna mención u homenaje por parte de alguna Asociación, Ayuntamiento, etc?

Paco: No. Únicamente una placa que nos dieron a la Festa “El Calvari” en la época en la que era alcalde Pepe Such. Y sí, soy muy conocido, sobre todo por el apodo “Barrina”.
Periodista: Háblame de la Festa “El Calvari”, en la cual tuviste parte activa.
Paco: Eso surgió porque por nuestras calles, barrio “El Calvari”, hubo un año, si no recuerdo mal 1978, en el que no pasó ninguna banda de música en los días de las Fiestas Patronales. Una vez terminadas, unos cuantos amigos que vivíamos todos en el barrio y nos juntábamos habitualmente en el bar “Quin” en el carrer La Biga y que hacía las veces de centro de reunión nos dijimos: “Algo hay que hacer”. Tras eso constituimos la Festa “El Calvari” en el año 1979 organizando una serie de actos dedicados para todos en los días de las Fiestas Patronales de ese mismo año. La barraca la montamos en el pequeño patio del mismo bar “Quin”, al que se accedía por una pequeña puerta desde el carrer “Sant Roc”. A partir de ese momento la consideración ya fue otra. También fuimos los primeros en proponer a la Comisión el llevar a cabo el primer Desfile del Humor, en 1980, tan popular en la actualidad.
Periodista: ¿Cuáles son tus aficiones? ¿A qué dedicas tu tiempo libre? ¿Qué tal andas de salud?
Paco: No tengo ninguna afición destacable. Últimamente me siento en un banco, frente a mi casa, y veo pasar a la gente y hablo con todos. Hace siete años que enviudé y desde entonces vivo solo, me apaño bien; eso sí, recibo visitas de mis hijos y mis nietos (tengo seis): Eros, Andrea, Aida, Zira, Carlos y Jaume. Y de salud, de momento, estoy bien, con los achaques propios de la edad; tengo ya 76 años.
Periodista: ¿Qué se podría hacer para que Benidorm fuera la ciudad ideal? ¿Qué le falta?
Paco: No sé qué te puedo contestar a eso. Imagino que desde el Ayuntamiento se hace lo que se puede. Puede que tiempo atrás se hiciesen también bastantes cosas, pues, también había muchas cosas por hacer y también se hicieron.
Periodista: ¿Quieres añadir algo más, Paco?
Paco: Sí. Mucha gente piensa que Benidorm era tan sólo un pueblo de pescadores. Pero también era un pueblo agrícola, aunque ahora no lo parezca (mis padres, por ejemplo, trabajaban en el campo). También es destacable que ha sido un pueblo marinero, de navegantes, de embarcados, que recorrían el mundo entero y venían cargados de experiencias y de anécdotas. Mira, te cuento una de ellas, que es trágica: al padre de mi abuelo, en este caso por parte paterna, murió tras ser atacado por un tiburón en las costas de Manila (Filipinas) al caer al agua desde la embarcación en la que navegaba. ¿Qué te parece? Otro día si quieres te contaré más cosas de Benidorm, como el caso de la desaparecida familia “Els Clavellins” , propietaria de muchas fincas y terrenos; uno de ellos lo cedieron para construir el colegio de L’Almafrà. “Els Clavellins”también eran propietarios de la conocida finca “El Carrasco”.
Periodista: Muchas gracias, Paco, por tus declaraciones. Y que sigas tan bien como hasta ahora.
Paco: Gracias a ti, Palazón.
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