
Fernando Fer.- Basta detenerse en el tímido susurro del silencio de la zona de Levante benidormense para comprobar cómo nuestro subconsciente de forma automática rememora las luces, los cánticos, el jolgorio y la sexualidad que brillan por su ausencia en estos tiempos tan necesariamente señalados por las restricciones, legales o no, imprescindibles más bien.