
La Plaza de la Señoría fue terminada en 1959 y el 28 de febrero del año siguiente Pedro Zaragoza pudo inaugurar el abastecimiento de agua potable de Benidorm. Había sido una inauguración prematura: el agua no podía llegar a los domicilios particulares, tardaría un tiempo. Por eso, mientras se construía la red de tuberías y como medida provisional, el Ayuntamiento instaló fuentes públicas similares a la de la fotografía. En esas fuentes los vecinos podían aprovisionarse de agua potable de forma gratuita hasta que llegase a sus casas.
Paco Amillo.- En 1950 Julio Guillén Tato decidió veranear siempre en Benidorm y compró la última casa de la calle Santa Faz, junto a la iglesia de Sant Jaume. En su fachada, sobre la puerta, colocó un mural cerámico con la imagen de San Telmo, patrón de los marineros, y el rótulo “LO D’EN GUILLEN”. Posteriormente compró la casa de al lado, la «Caseta Blava», más estrecha, y la convirtió en su lugar de trabajo estival, un espacio para la lectura y la reflexión en la tranquilidad de una plaza de la Señoría que había diseñado y decorado personalmente. Interiormente la adornó con cerámicas y objetos marineros, pareciendo más más un museo que un despacho. Desde la ventana podía contemplar la hermosa perspectiva de la playa de Poniente y la Cala.
Guillén Tato fue uno de los fundadores de la “Asociación Gabriel Miró de Amigos de Benidorm” encargada de promover el turismo de la villa. Colaboró en la redacción de sus estatutos y convirtió la “Caseta Blava” en sede de dicha asociación.
También fue sede de tertulias. Pedro Zaragoza escribió al respecto: “nos encontrábamos reunidos un grupo de amigos de mi compadre don Julio Guillén Tato en su Caseta Blava” […] asistían César González Ruano, Juan Carlos Villacorta, Miguel Orts Bayona, Federico Muelas, Ángel Laborda, Emilio Romero y otros muchos, siempre resultaban interesantes y amenas”.
Está claro que esas tertulias tuvieron que ser muy interesantes dada la altura intelectual de los asistentes. Sin embargo, cuando se tomó la fotografía que comento, Julio Guillén Tato estaba muy disgustado por el rumbo que había tomado el urbanismo del casco antiguo de Benidorm. Había fracasado en su intento de modernizarlo conservando su sabor de pueblo tradicional y marinero. Le dolió haberlo conseguido en Altea y Guadalest, donde los cascos antiguos se protegieron, pero fracasando en su querido Benidorm. En 1963 compró una casa en la Almafrà que fue su residencia estival hasta su muerte.
Debe estar conectado para enviar un comentario.