
Juan Sapiña es un renombrado aparejador que ha trabajado toda su vida en Benidorm. También es un amante de la cultura. Hoy nos va a contar aspectos de su vida profesional.
Periodista: ¿Nos puedes hablar, Juan, de tus orígenes, de tu infancia y de tu formación académica?
Juan: Nací en Sueca, en 1933. Toda mi familia sigue en Sueca. Allí viví mi infancia y cursé mis primeros estudios. Después, en Madrid y Barcelona, estudié la carrera de Aparejador.
Periodista: ¿Dónde y de qué has trabajado durante tu vida laboral?
Juan: Estuve de profesor de Matemáticas, Álgebra y Trigonometría durante dos años en una Academia madrileña, donde impartía clase a los que habían sido mis compañeros; también daba clases particulares. En 1960, ya colegiado en Alicante y Valencia, he trabajado toda mi vida hasta mi jubilación, en 1998, básicamente en toda la costa levantina; más de 900 obras tengo en mi haber; recuerdo que en cierta ocasión me destacaron en Alicante como el aparejador que había proyectado más obras.
Periodista: ¿Puedes mencionar algún proyecto de importancia realizado en Benidorm?

Juan: En Benidorm he trabajado más de diez años bajo la dirección de José Manuel Domínguez, arquitecto municipal; después con otros arquitectos, como Tomás González, Rafael Bellod, Carlos Teba y Gregorio Domínguez. Proyectos de importancia, te puedo citar la Plaza de Toros, el Mercado Municipal, la Clínica Benidorm y más de cuarenta hoteles, en tiempos de Pedro Zaragoza, como el Belroy, el Cimbel, el Avenida, y multitud de apartamentos, campings, clubs deportivos y urbanizaciones, como donde tú vives: Finca Barrina Centro, con un arquitecto catalán. También construí un hotel para mí, el hotel Brasil, que aún conservo.
Periodista: ¿Cuáles han sido los mejores momentos o los mejores recuerdos de tu vida laboral?
Juan: Es difícil de precisar. En todos mis proyectos he puesto un tenaz empeño; con todos ellos he sido feliz. Siempre me acordaré del Colegio Alemán de Valencia, donde aprendí mucho, del chalet de Severo Ochoa y de la dificultad del obelisco que hay a la entrada de la Cínica Benidorm. También han sido momentos emotivos cuando he regalado mis libros a concejales, institutos, universidades, colegio de arquitectos. Estos libros son: uno de “Problemas gráficos de Geometría”; el otro es “Método práctico de Dibujo Lineal”, en colaboración con Mariano Moreno. Los dos datan de 1955.
Periodista: Eres un hombre amante de la cultura. ¿Participas de alguna actividad, de alguna asociación?

Juan: Siempre me ha interesado la cultura. ¿Asociaciones? Club de los Leones, desde 1977; Faro de Alejandría durante los casi tres años que desarrolló su labor; AFRATEX, donde soy secretario perenne, con Blanca Hernández primero, después con Luchy Bertomeu y en la actualidad con Marlene Aquino. En todos estos foros he pronunciado infinidad de conferencias sobre pintores (Diego Velázquez, por ejemplo), músicos Alfredo Kraus, entre otros), novelistas (como Blasco Ibáñez), cantantes (Concha Piquer) y hasta de Matemáticas.

Periodista: ¿Te han distinguido alguna vez con algún diploma, medalla, etc.?
Juan: He tenido un reconocimiento muy especial en 2020, cuando el Club de Leones cumplió 50 años; me dieron una placa muy bonita por ser el más veterano de los miembros; por cierto, el monolito que hay en la rotonda al inicio de la Avenida de Europa fue un diseño mío. También he recibido un homenaje del Colegio de Aparejadores y agradecimientos públicos de los foros donde he pronunciado conferencias.
Periodista: ¿Cuáles han sido tus aficiones, sobre todo ahora, que estás jubilado?
Juan: La cultura, en todos sus aspectos: leer, escuchar, intervenir; andar; y llevar una huerta, donde cultivo un poco de todo, desde verduras hasta árboles frutales (al fin y al cabo, soy hijo de agricultores). Bueno, también me ha gustado siempre viajar: conozco casi toda España, he estado en varios países europeos y americanos, he realizado numerosos cruceros. Y seguiré haciéndolo mientras me encuentre bien de salud; de momento bien, a mis 89 años de edad.
Periodista: ¿Qué se podría hacer en Benidorm para que fuera una ciudad ideal? ¿Qué le falta?
Juan: En principio, soy un enamorado de Benidorm; por eso, aunque hace años que estoy jubilado, aquí continúo. Me gusta todo: las avenidas, la playa, los foros culturales, los conciertos… Creo que sería interesante hacer resurgir el Faro de Alejandría, de muy alto nivel cultural. Cualquier ciudad siempre es susceptible de mejora. Estoy, como todos, a la expectativa de la Casa de Cultura; parece que la van a inaugurar en los próximos meses.
Periodista: ¿Alguno de tus hijos ha estudiado lo mismo que tú? ¿Cultivan tus mismas aficiones?
Juan: Mis hijos no; en cambio, tengo un nieto que es ingeniero industrial, muy valorado por su valía profesional; en la actualidad trabaja en la Ford de Valencia. Y la otra nieta es arquitecta y trabaja como diseñadora en el Ikea de Barcelona.
Periodista: ¿Conoces a mucha gente? ¿Eres conocido en Benidorm? ¿Cómo ves la integración de los inmigrantes con los naturales de Benidorm

Juan: Llevo toda la vida en Benidorm; conozco a mucha gente, tengo muchos amigos (los hay que son como de la familia); y mucha gente sabe de mí, claro, los que se aproximan a mi edad; los jóvenes… son otra cosa. Sobre los inmigrantes -muchos de ellos llegaron cundo yo, en los años sesenta- tengo que decir que se han adaptado e integrado convenientemente.
Periodista: Pues esto ha sido todo. Gracias en nombre de nuestros lectores. A no ser que quieras contar alguna anécdota llamativa de tu vida…
Juan: Siempre hay cosas que contar. Recuerdo que una vez, en Roma, en el Vaticano, me encontré por casualidad con Asdrúbal Dapena, el pintor. Y, en otra ocasión, en las cataratas de Iguazú, en Brasil, viajando con Juan Jesús Pérez Zaragoza, el encuentro fue con el hijo de Tito. ¿Qué te parece?
Periodista: Juan, que sigas bien de salud, y hasta la próxima.
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