Libro Recomendado de la Semana: «Maquis, la resistencia armada. Historia de la guerrilla antifranquista 1939-1952»

Mundo Obrero nos recomienda esta semana un libro muy interesante sobre la historia de los maquis en España. Con 15 autores y 800 páginas se intenta condensar en una obra global el fenómeno del movimiento guerrillero en España en los años cuarenta. Los años más duros

“Visto el devenir de la sociedad española, no nos merecemos a nuestros héroes”.
Manuel Fernández-Cuesta (Homenaje a Sandalio Puerto)

Hacía falta un esfuerzo así. Desde aquellos tiempos en que Secundino Serrano, con su brillante trabajo sobre la guerrilla en León, nos acercó al asunto de los maquis en España, ciertamente han ido apareciendo otros muchos nombres de autores y obras referidas a esta cuestión, aunque ello diste un trecho aún de abarcar la dimensión que alcanzó el movimiento guerrillero antifranquista. ¿Por qué todavía se trata de un capítulo bastante secundario en la historiografía española? Es una pregunta que igualmente merece ser abordada si queremos conjugar todas las claves que delimitan y operan en el gran relato de nuestra reciente historia. Pero no despreciemos los esfuerzos realizados por tanta gente investigando sobre la oposición más seria y sólida a la que tuvo que hacer frente el régimen dictatorial del general Franco, investigaciones que se han ocupado de las distintas agrupaciones guerrilleras diseminadas por amplias zonas del país. La enhorabuena es por todo ello; con Maquis, la resistencia armada (Historia de la guerrilla antifranquista, 1939-1952), se intenta condensar en una obra global el fenómeno del movimiento guerrillero en España en los años cuarenta. Los años más duros.

Este libro, con casi 800 páginas y en el que han participado en torno a 15 autores, es una obra coral que nos va a ayudar a conocer y a comprender mejor cómo fue esa resistencia armada a lo largo de unos años de chinches y sabañones, en los que el país trataba de recuperarse de una guerra de tres años cuya consecuencia, entre otras, fueron la miseria y la ausencia más absoluta de derechos y libertades. No olvidemos que, por otra parte, a la dureza de las condiciones en lo interno, se sumaba en el exterior la realidad traumática de una guerra mundial. Porque el final de la Guerra Civil no trajo la paz, trajo la victoria, y es importante recordarlo. Así, la historia de la guerrilla antifranquista es una historia colectiva, la historia de todas aquellas personas que fueron perseguidas, que fueron expropiadas, desterradas, encerradas, torturadas y asesinadas en razón de que durante los años anteriores habían sido militantes o simpatizantes de partidos políticos de izquierdas, de fuerzas republicanos o de organizaciones sindicales. O por el mero hecho de ser amigos o familiares de esas personas.

No existía la piedad ni la misericordia, solo plomo y aceite de ricino en un paisaje de charol y negras geometrías, sin perdón.

Fueron decenas de miles las personas que participaron de una manera o de otra en el movimiento guerrillero antifranquista. Unos resistiendo con las armas en la sierra, y muchos más actuando como enlaces y puntos de apoyo para facilitar la actividad guerrillera, ya fuera pasando información o dándoles cobijo y comida para seguir adelante. Personas fundamentalmente de clase trabajadora: campesinos, obreros, artesanos, pastores, etc. Gente humilde que alcanzó entonces a comprender la necesidad de la resistencia armada, la única posible, a pesar de que fuera una lucha muy desigual. Porque entendían que su lucha era una continuación de la llevada a cabo durante la Guerra Civil. La defensa de la República, la libertad, la justicia y la democracia eran sus principales reivindicaciones, a pesar de la que la propaganda franquista se empeñara en deslegitimar esa lucha arrancando de ella cualquier significación política y tratando de equipararles con el bandolerismo y la delincuencia.

La presentación del libro Maquis, la resistencia armada tuvo lugar el pasado 20 de noviembre y se hizo en el Congreso de los Diputados —sede de la soberanía nacional— con la presencia, junto a los coordinadores de la obra, de Enrique Santiago y Unai sordo, máximos responsables del PCE y CC. OO., respectivamente. Una fecha cargada de simbología, en medio de un momento político y social inflamado que nos evoca a algo que ocurrió hace 87 años. Entonces, los derechos conquistados por la clase trabajadora fueron pisoteados, suprimidos. Así brotó el origen de la guerrilla, una respuesta desesperada y en no pocos casos heroica ante el hecho de que el franquismo impidiera cualquier posibilidad de que los perdedores pudieran reintegrarse a la sociedad. No existía la piedad ni la misericordia, solo plomo y aceite de ricino en un paisaje de charol y negras geometrías, sin perdón.

Colabora: Mundo Obrero