Hola buenas noches queridos amigos y lectores del periódico digital CALVARI. A mi siempre se me ha caracterizada por ser una persona gracioisa y chistosa. Tengo que reconocer que a veces cuento chistes que a algunos no les hace mucha gracia, pero la pretensión final cuando uno cuenta chistes es hacer gracia, y siempre me quedo con aquéllos a los que le hace gracia, que a los que no les hace gracia. Muchos cuando algo no les hace gracia, lo mejor es marcharse.

Y el chiste que voy a contar hoy es uno de mis chistes más populares para aquéllos que me conocen, que aunque cada día son ´mas los que mejor me conocen, solo un grupo de elegidos son los que realmente conocen.

Y éste, lo he titulado: «El chiste del Loro Hipnótico del Barça». Lo de hipnótico se lo he puesto yo, pero hay algunos que conviven con sus animales y hacen más caso a sus animales que al resto del mundo. Se refugian en su interior, viven su soledad acompañado de sus animales favoritos y tienen en ellos el sumum de su vida.

Este era un comandante de un ejército que vivía con su loro. Y el Loro era del Barça como su comandante. Un loro que le había regalado otro general u otro alto mando militar de un país africano.

Y el comandante se fue de vacaciones y le dejó de encargo a un amigo, que le cuidara la casa. Este que era un poco cabrón y encima del Real Madrid, como sabía la historia, le gustaba darle por culo al loro.

Y el comandante cuando iba al aseo se metía unos pedos que te cagas. Y le decía el cuidador al loro: «¿Que hace el comandante cuando se mete en el aseo?» Y el loro imitaba los pedos con su voz. Ustedes ya se pueden imaginar.

El cuidador que era del Madrid, le decía: ¡Hala Madrid! ¡Hala Madrid! para darle por saco al loro y el loro le contestaba: ¡Visca el Barça! ¡Visca el Barça! Se pegaba unos berrinches el loro, que pillaba unas irritaciones de miedo.