Benidorm y la película Alba de América

Paco Amillo.- Me dijeron que esta fotografía se tomó en 1951 durante el rodaje del film «Alba de América”.

Podría ser un fotograma así que miré la película con toda atención. Ese lugar sí que aparecía, pero visto desde el lado opuesto. Me pareció muy lógico.

Esta imagen, tres jóvenes de Benidorm que se habían tomado muy en serio su papel de indios, no podía aparecer en la película. Detrás de ellos hay unos árboles que como la imagen no es demasiado nítida no puedo identificar pero parecen olivos, un cultivo que no se conocía en América en 1492. Aún más interesante es el poste de teléfono que se ve en el centro, en la parte superior.

Está claro que esos indios no se comunicaban con señales de humo sino vía telefónica…Bromas aparte, lo cierto es que el rodaje de esta película le vino muy bien a Benidorm porque dio trabajo en un tiempo en que escaseaba y fue una buena propaganda del Benidorm paradisíaco que daba sus primeros y tímidos pasos para convertirse en ciudad turística, algo difícil de imaginar en aquellos momentos.

Esa imagen de paraíso tropical permitió que en 1959 se rodara «Molocai, la isla maldita» con el mismo efecto beneficioso para la ciudad.Alba de América fue una superproducción de la empresa valenciana CIFESA que tantos éxitos había cosechado desde su fundación durante los años de la Segunda República.

En la Guerra Civil supo jugar a dos cartas ya que hubo una CIFESA republicana en Valencia y otra de los sublevados en Sevilla, lo que les aseguraba estar siempre del lado vencedor.Alba de Américo surgió de una iniciativa de Carrero Blanco que quiso que se rodara el punto de vista español sobre Cristóbal Colón que compensara la distinta visión que había ofrecido un film británico sobre este personaje. Por eso el rodaje contó con la entonces enorme cantidad de 10 millones de pesetas que permitieron esta superproducción.

Entre sus asesores estaba el mejor especialista en Arte del momento, el Marqués de Lozoya. Para temas náuticos y de historia de la navegación contaron con la inestimable ayuda del almirante Julio Guillén Tato que veraneaba en Benidorm donde le esperaban unos años de fructífera colaboración con el entonces nuevo alcalde Pedro Zaragoza.

Unos exteriores magníficos (Granada, Toledo, Benidorm…), muy buenos asesores, una magnífica financiación y actores de calidad dieron como resultado el film “Alba de América”, el peor de los films de CIFESA que a partir de entonces comenzó a declinar y desapareció unos años después.

El director y guionista fue Juan de Orduña que tenía un peculiar sentido de lo que debe ser un film histórico: un 20 % de historia y un 80 % de fantasía. Así le fue…