Homenaje a Solveig Nordström

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Mercedes Ciges Faura.- Sol (como le gusta que le llamaran) es de sobra conocida en la arqueología alicantina por el gesto heroico que tuvo al arriesgar su vida tendiéndose delante de las excavadoras (bulldozer) que iban arrasar el yacimiento de Lucentum a finales de la década de los 50, principios de los 60, en pleno apogeo de la especulación inmobiliaria de la costa.

Pero además, Solveig fue una mujer valiente y decidida cuando en 1955 abandonó su Suecia natal, rumbo a España, primero Madrid, donde estuvo dos años enseñando francés, a cambio de comida y alojamiento, y después a Alicante.

La primeras notas que tenemos de Solveig en Alicante se recogen en el Diario Información en su publicación del 30 de diciembre de 1955 y nos la describe como «una licenciada sueca rubia de figura esbelta, unas gafas estilo Marilyn y que habla correctamente castellano se dispone a comenzar las practicas arqueológicas en Alicante».

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En otro artículo del mismo periódico el día 23 de abril sus jefes la describen así: Trabaja de forma incansable. En las excavaciones agarra la piqueta y no le rinden las horas. Resulta increíble. El entusiasmo la mantiene y su método de vida. No bebe ni fuma. Alimentándose única y exclusivamente de fruta y verduras, leche y alguna variedad de quesos.

A partir de ahí trabaja incansablemente en distintos excavaciones de la provincia como la Escuera en San Fulgencio.

Esta mujer culta, hablaba 14 idiomas, entre ellos el sanscrito, tuvo que dejar la arqueología por falta de recursos. Ganarse la vida como Arqueóloga era muy difícil. Se vino a Benidorm en la década de los 70, donde trabajó en hostelería, trabajaba mucho y comía poco. Hasta que un día se desmayó en la Plaza cercana a la Iglesia y el párroco D. Luis, arqueólogo aficionado la llevó a su casa y le dio de comer y la presentó en el Colegio Lope de Vega como profesora de Latín y Griego. Allí le dijeron que no necesitaban ningún profesor de griego y latín pero si una profesora de Ballet Clásico.

  • Aquí me tienes-respondió Sol. Yo soy también profesora de Ballet Clásico

Después de ser profesora de Ballet Clásico y gracias al conocimiento de tantos idiomas trabajó en la consulta de un médico especialista en Estética. También dio clases de sánscrito y profesora de yoga en la Calle Ruzafa. 

El pasado 21 de enero de 2021, Sol se fue plácidamente a emprender una nueva aventura, como le gustaba comentar.

Gracias Sol por todo el legado cultural que nos dejas, gracias por tu amor a la arqueología alicantina. Gracias por tu trabajo. Gracias.